El xoloitzcuintle ha sido venerado desde tiempos prehispánicos, pues se le consideraba guía de los fallecidos hacia el Mictlán.
Hace 2 mil años nació el primer Xoloitzcuintle en una camada de perros que despertó la curiosidad entre los habitantes de la zona pero que consideraron que fue una decisión de los Dioses. Por lo que no atentaron contra su vida y dejaron que continuara su vida en esta Tierra. Aquí te contaremos esta y otras curiosidades de este perrito representativo de México.
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Los perritos aztecas o pelones mexicanos, como se les conoce a los Xoloitzcuintles, han acompañado la historia de México desde tiempos prehispánicos. Fue motivo de veneración entre los habitantes del Imperio Mexica y se creía que brindaba curación a malestares de asma, cólicos y reumatismo por el calor de su piel.
Como un dato interesante, Frida Kahlo y Diego Rivera fueron uno de los artistas mexicanos del siglo XX que cuidaron a esta raza e incluso fueron retratados en sus obras.
Origen del xoloitzcuintle
Su resistencia a desaparecer lo ha definido como la única raza de perros prehispánicos, de las cuatro que existían, que ha sorteado todas las dificultades y cazas contra su raza. Asimismo ha sido testigo de todos los procesos por los que ha cruzado el país.
Gracias a unas piezas de cerámica encontradas a principios del siglo XX en Colima y conocidas hoy en día como los perritos danzantes colimenses, se sabe que hace unos 2 mil años, en una franja que va desde Nayarit hasta Guerrero, nació una camada de perros en la que uno de los ejemplares destacaba por su falta de pelo.
Raúl Valadez Azúa, investigador del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA) de la UNAM y especialista en el tema, ha sustentado el origen de este perrito:
“La gente de la región consideró entonces que, si bien el perro pelón era un animal extraño, su aparición respondía a una decisión de los dioses, y que por eso no le correspondía matarlo ni decidir su destino. Así, lo aceptó como a los demás perros y lo llamó xoloitzcuintle”
La curiosa característica de su piel sin pelo es resultado de una mutación espontánea que se dio de una generación a otra.
“Debido a que el gen causante de dicha mutación es dominante y aunque un xoloitzcuintle se cruce con un perro con pelo, nacerán más perros pelones en la subsiguiente camada.” explica Valadez Azúa.
La leyenda del xoloitzcuintle
Durante la época prehispánica se creía que estos bellos animales eran guardianes de los espíritus, que guiaban a las almas de los fallecidos por el largo y difícil camino por Mictlán, la ciudad de los muertos.
La función más importante que cumplían los Xoloitzcuintles, según las creencias, era la de ayudar a pasar a las almas por un profundo y caudaloso rio que atraviesa la tierra de los muertos.
Si la persona en vida había tratado mal a los animales, especialmente a los perros, el Xolo se negaría a ayudarlo a pasar, por lo cual perecería y no sería capaz de cruzar.
Sin embargo si la persona había tratado bien a los perros cuando se encontraba con vida, el Xolo gustoso, tomaría el alma, la pondría sobre su lomo y la llevaría a salvo hasta el otro lado.
Asimismo, estos perritos jugaban un papel importante durante la vida. No sólo en el camino de la muerte. Pues las creencias lo asociaban con el Dios Xolotl con el cual buscaban ser bondadosos
Curiosidades sobre los xoloitzcuintles
Una de las curiosidades que más resaltan del Xoloitzcuintle es su piel. Pues aquí te contamos de que esta curiosa formación de la piel se da en la etapa embrionaria del lomito. Ya que durante este tiempo se forman tres capas: el endodermo, el mesodermo y el ectodermo.
La mutación genética induce una malformación del ectodermo, de tal modo que algunos órganos derivados de esta capa se desarrollan en forma incompleta, como la piel y los dientes.
Otro efecto de la mencionada mutación genética es que los perros pelones nacidos de cruzas entre sí carecen sistemáticamente de premolares, piezas dentales ubicadas entre los colmillos y las muelas traseras. Esta es una señal para identificar a un xoloitzcuintle.
“No se puede negar que un perro sin pelo como el xoloitzcuintle está en desventaja, por ejemplo, a la hora de pelear con otros canes, pues puede ser herido fácilmente; o frente a los cambios climáticos, pues es muy sensible a los climas extremos. A pesar de ello, después de dos mil años, aquí sigue entre nosotros” ha destacado el investigador Valadez Azúa.
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