Bobi estuvo a punto de morir apenas 24 horas de nacido; sin embargo, sobrevivió para contar una muy larga historia de vida, batiendo todos los récords.
Este lunes, se reportó el triste fallecimiento del perro más longevo del mundo, mismo que llevaba por nombre Bobi y que llevaba en este mundo poco más de 31 años de vida, pues recientemente había celebrado, junto con su familia, el cumpleaños que avalaba tal edad.
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La noticia la confirmó la organización Guinness World Records por medio de un mensaje a través de la plataforma X, antes Twitter, aseverando que los últimos minutos del perro estuvieron llenos de cariño y amor, pues los pasó al lado de sus seres queridos humanos.
“Una triste noticia traemos este lunes por la mañana. Bobi celebró recientemente su cumpleaños número 31 y fue el perro más viejo que se haya verificado oficialmente por Guinness World Records… Falleció el 21 de octubre en su casa en la localidad portuguesa de Conqueiros, donde vivió toda su vida con la familia Costa”.
Despiden a Bobi, el perro más longevo del mundo
Otra de las organizaciones que despidió a Bobi fue Le Terrier Studio, un centro de fotografía portugués del que el lomito fue modelo, pues gracias al récord que rompió, este se convirtió en una gran estrella del mundo entero.
“¡Descansa en paz, amigo! Gracias por haber tenido el privilegio de conocerte, el perro más viejo del mundo. Qué vida increíble que tuviste”.
Por su parte, la doctora Karen Becker, quien certificó el desceso de la criatura, escribió en su cuenta de Facebook que a pesar de que el perro vivió muchos días, estos no fueron suficientes para su familia y cualquier ser querido que lo amó.
“Anoche, este dulce niño se ganó sus alas. A pesar de sobrevivir a todos los perros de la historia, sus 11 mil 478 días en la tierra nunca serían suficientes para aquellos que lo amaban”.
La triste historia del perro Bobi
Según su propietario, Leonel Costa, el perro Bobi tenía 31 años y 165 días. Este era de raza Rafeiro do Alentejo, la cual es autóctona de Portugal.
En entrevista para el GWR, Leonel Costa relató que cuando el lomito nació, junto con sus hermanos, su padre no quería quedarse la camada, pues su familia no contaba con presupuesto para mantenerlos, por lo que enterró a los cachorros cuando no tenían ni 24 horas.
No obstante, Bobi consiguió escapar y el joven decidió mantenerlo oculto para poder cuidarlo. Con el paso del tiempo, llevó una vida tranquila con una dieta de vegetales, pescados y carne.
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Portada: El Sofá.