Una silla eléctrica fue testigo de los últimos minutos de vida de Ted Bundy, uno de los asesinos seriales más famosos de la historia.
Theodore Robert Cowell, mejor conocido como Ted Bundy, fue un hombre que despertó odio y amor a partes iguales.
TE PUEDE INTERESAR:
¿Por qué Adán Augusto es el sucesor ideal de AMLO para continuar con la 4T?
Durante su juventud fue catalogado como un Golden boy, que en español significa ‘nuestro mejor muchacho’. Esta expresión suele utilizarse en Estados Unidos para hablar sobre una persona ejemplar.
Estudió en la Universidad de Washington donde siempre obtuvo buenas notas y estuvo en el cuadro de honor.
Se graduó como Licenciado en Psicología en Puget Sound y más tarde se matriculó en Derecho.
Sus maestros decían que era un estudiante brillante y que por su personalidad lograba captar la atención de las chicas.
Sin embargo, nadie se imaginó lo que vendría después y en lo que se convertiría el tan querido Ted.
Fue en la década de 1970 cuando las autoridades de Estados Unidos lo acusaron de haber matado a 36 mujeres. Sin embargo, se sospecha que mató a más de 100.
La oleada de crímenes que cometió fue motivo suficiente para que muriera sentado en una silla eléctrica. La muerte del asesino en serie fue celebrada por cientos de personas.
Te contaremos sobre sus atroces crímenes, así como de sus últimos minutos de vida.
Los asesinatos de Ted Bundy
Ted Bundy era un joven carismático, encantador y bien vestido.
Durante tres años se dedicó a realizar obras comunitarias y además se comenzó a llevar por personales de la política.
En una ocasión, Ted recibió una condecoración por parte de la autoridades de Estados Unidos por salvar a un niño.
Sin embargo, su caótico pasado, una ruptura amorosa y cartas sin respuesta lo habrían orillado a refugiarse en la oscuridad.
El 4 de enero de 1974 su vida cambió completamente. Al mismo tiempo, inició una oleada de crímenes que parecían no tener fin.
Su primera víctima fue Joni Lenz, una joven universitaria de 18 años. La golpeó con una barra de hierro y la violó con la pata de una cama. El acto le provocó a la chica un daño cerebral permanente.
Un mes después, atacó a otra estudiante; ella se llamaba Lynda Ann Healy y tenía 21 años. La asesinó de un golpe y se la llevó. El cadáver apareció un año después.
Hasta ese momento, los investigadores no sospechaban de él. Durante primavera y verano de 1974, desaparecieron varias universitarias y madres jóvenes.
Las autoridades encargadas de los casos encontraron diversos patrones el modus operandi. El asesino atacaba de día y de noche, era un hombre joven y bien parecido; además, llevaba consigo algunos libros.
Con un brazo enyesado, pedía ayuda a mujeres jóvenes para entrar en su auto y a veces para hacerlo arrancar.
Sin embargo, fue muchos crímenes después cuando lo arrestaron y condenaron.
La ejecución de Ted Bundy
Fue el 24 de enero de 1989 cuando miles de personas se dieron cita afuera de la prisión de Florida.
Ese día serían testigos de la muerte de Ted Bundy, el hombre que asesinó a 36 mujeres. Algunos dicen que fueron 100.
Además, medios de comunicación dieron seguimiento al caso del asesino en serie.
En su última noche, Ted Bundy llamó a su madre dos veces. Pidió para cenar bistec, huevos, papas fritas y pan tostado. Aunque apenas probó sus alimentos.
El método elegido por las autoridades para la muerte de Bundy fue la silla eléctrica.
Un total de 42 testigos acudieron a presenciar el desenlace de Ted.
¿Cuáles fueron sus últimas palabras?
Antes de accionar la silla eléctrica, el comisario Tom Barton le preguntó a Bundy si deseaba decir unas últimas palabras. El asesino dijo:
“‘Me gustaría dar mi amor a mi familia y amigos”.
Luego, el hombre fue preparado para ser ejecutado; su rostro fue cubierto con una capa. Un verdugo anónimo activó el botón para dar paso a los 2 mil voltios que recorrieron el cuerpo del condenado.
Después, dos paramédicos se acercaron a Ted Bundy para examinarlo. Uno se encargó de escuchar los latidos de su corazón y otro sus ojos. A las 07:16 de la mañana, Theodore Robert Bundy fue declarado muerto.
Con información de Muy Interesante, Infobae y Criminalia
Portada: Especial
Interiores: Criminalia