El romance de Taylor Swift y Travis Kelce podría aumentar la contaminación que dejan los viajes de la cantante en su avión privado.
A través de redes se ha viralizado un tema que ha provocado una fuerte discusión: la contaminación que generan los millonarios. Sin embargo, en este caso se ha centrado en Taylor Swift que está de gira por Japón y que viajará desde Tokio hasta Las Vegas en un tiempo récord para ver a su pareja, Travis Kelce, jugar en el Super Bowl. Aquí te contamos los detalles.
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El creciente romance entre la pareja ha sido objeto de atención constante, y Swift ha sido una presencia frecuente en varios partidos, lo que ha resultado en numerosos desplazamientos en jets privados.
La discusión se intensificó aún más en los últimos días tras la victoria de los Chiefs sobre los Ravens de Baltimore el domingo, asegurándose su participación en el Super Bowl, programado para el 11 de febrero en Las Vegas.
Swift, la renombrada cantante que ha marcado un hito en la cultura pop al convertirse en la primera en recaudar más de 1 mil millones de dólares, se suma a la extensa lista de celebridades, funcionarios y empresarios de élite que han enfrentado críticas por sus frecuentes viajes en jets privados.
¿Cuánta contaminación podría emitir Taylor para llegar al Super Bowl?
La huella de carbono de Swift se ve ampliamente destacada cuando se contempla su participación en eventos como el Super Bowl. En este caso, si la artista asistiera al Super Bowl desde Tokio, donde se encuentra actualmente de gira, se traduciría en más de 30 mil 500 kilómetros de viaje en jet privado en menos de dos semanas.
Aunque las emisiones exactas de carbono dependen de diversos factores, como las rutas de vuelo y el número de pasajeros, Gregory Keoleian, codirector del Centro de Sistemas Sostenibles de la Universidad de Michigan, ofrece una estimación aproximada.
Según Keoleian, viajar esa distancia en un Dassault Falcon 900LX, uno de los aviones utilizados por Swift, podría generar más de 90 mil 718 kilos de emisiones de dióxido de carbono. Esta cifra representa aproximadamente catorce veces más de lo que emite un hogar estadounidense promedio en un año, según la Administración de Información de Energía de Estados Unidos.
La controversia en torno al uso de jets privados por parte de Swift resalta la “gran disparidad” existente en las emisiones de gases de efecto invernadero entre las personas adineradas y la clase trabajadora.
Julia Stein, profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de California en Los Ángeles, señala que esta situación, ilustrada por la polémica en torno a Swift, refleja una realidad más amplia también presente a nivel de países industrializados debido a sus emisiones históricas de carbono.
Además, destaca la importancia de que figuras públicas como Swift utilicen su influencia en la sociedad, realicen inversiones sostenibles y tomen decisiones electorales conscientes para abordar el cambio climático.
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