Debido al efecto narcótico de las amapolas, los cisnes han disminuido sus capacidades cognitivas y físicas, poniéndose en riesgo.
En Eslovaquia, los cisnes gozan de una libertad sin igual, permitiéndoles hacer lo que deseen, incluso si eso significa convertirse en adictos sin ninguna consecuencia.
Gracias a una ley que los protege de la caza y de cualquier tipo de perturbación, estos majestuosos animales son libres de seguir sus instintos sin restricciones.
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Sin embargo, esta misma ley también ha generado una situación peculiar. Un grupo de cisnes ha invadido un campo de amapolas, devorándolo por completo.
Aunque esta conducta puede considerarse perjudicial para el entorno natural, la ley impide que sean retirados de la zona. Además, su adicción a las sustancias presentes en las amapolas les ha afectado tanto que ya no pueden volar.
Esta peculiar situación plantea un desafío único para las autoridades encargadas de proteger la fauna y el medio ambiente.
Mientras la ley brinda protección a estos cisnes, también genera un dilema sobre cómo abordar su adicción y la consecuente incapacidad de volar. Quizás sea necesario explorar soluciones alternativas que permitan preservar tanto la libertad de los cisnes como la salud del ecosistema en su conjunto.
Cisnes generan adicción a la amapola y ya no pueden volar
Según el testimonio de Pém Bálint, el agricultor afectado por la presencia de los cisnes, estos llegaron a su campo de amapolas en febrero pasado. Inicialmente, era un grupo de alrededor de 150 aves, pero su número ha ido aumentando debido a la reproducción.
La evidencia de los efectos en los cisnes es notable. Se ha observado que se alimentan de las plantas y que presentan síntomas de desorientación y dificultades para volar.
El agricultor ha expresado su preocupación, alegando que los cisnes parecen estar drogados y son presa fácil para los depredadores. Además, sospecha que algunos ejemplares podrían haber fallecido debido a una sobredosis de las sustancias presentes en las amapolas.
Cisnes adictos a la amapola van a rehabilitación
Esta situación sin precedentes ha dejado perplejas a las autoridades locales, quienes aún no saben cómo abordar estos hechos.
Ante la falta de directrices claras, han sugerido que el productor de amapola solicite una excepción que le permita ahuyentar a las aves para proteger su cultivo.
La necesidad de encontrar una solución adecuada se vuelve aún más apremiante, ya que la adicción de los cisnes a las amapolas no solo afecta al campo del agricultor, sino que también plantea interrogantes sobre la salud y el bienestar de estas aves.
La colaboración entre el agricultor, las autoridades y expertos en fauna podría ser fundamental para abordar este desafío de manera responsable y equilibrada, buscando preservar tanto los intereses de la agricultura como el bienestar de los cisnes y el ecosistema en su conjunto.
Por ello, los dueños mandaron a los animales a un tiempo de desintoxicación para que rehabiliten sus capacidades físicas y cognitivas y salvaguardar así su integridad.
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