Las tensiones entre Rusia y Ucrania llegaron a su punto máximo luego de que Putin reconociera la independencia de las regiones separatistas.
La relación entre Rusia y Ucrania ha sido complicada desde hace varias décadas. Sin embargo, las tensiones han aumentado considerablemente en los últimos años.
Estados Unidos y la Unión Europea acusan al Kremlin de preparar una invasión en Ucrania. Esto es algo que Vladímir Putin ha negado en repetidas ocasiones.
Sin embargo, cada una de las acciones del líder ruso han encendido las alarmas a nivel internacional. Las sanciones impuestas contra Rusia han sido insuficientes para calmar el conflicto.
De hecho, los servicios de inteligencia de la Unión Americana señalaron de que ya se había ordenado la invasión de Ucrania. El mismo 18 de febrero, los separatistas prorrusos ordenaron evacuar a civiles en el Donbas.
El conflicto entre Rusia y Ucrana se recrudeció luego de que Putin reconociera la independencia de Donetsk y Lugansk. Sin embargo, ¿cómo inició el conflicto? A continuación, te lo explicamos.
Origen del conflicto entre Rusia y Ucrania
Ucrania perteneció a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Sin embargo, durante el proceso de colectivización de las tierras impulsado por Iósif Stalin, a finales de 1920, sufrió mucho.
Lo mismo ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial, cuando los nazis realizaron masacres dentro del territorio ucraniano.
En 1954, después de la Segunda Guerra Mundial, el líder soviético Nikita Kruschev le cedió Crimea a Ucrania. Fue así como se celebró el aniversario de las relaciones entre ucranianos y rusos.
Crimea era de gran importancia para Rusia, ya que en ese territorio se localizaba la principal flota de la Rusia al ser su salida al Mar Negro. Sin embargo, la cesión no importó demasiado porque ambos países formaban parte de la URSS.
Sin embargo, con la disolución de la Unión Soviética, en 1991, Ucrania se convirtió en una república independiente. Fue ahí cuando Rusia comenzó a buscar recuperar a Crimea.
Lo que es más, Ucrania comenzó a buscar adherirse a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Aunque esto no ha ocurrido, implicaría la pérdida directa de la influencia de Rusia sobre este país. Por este motivo, Moscú no ve con buenos ojos esa intención.
Ucrania no la ha tenido fácil, ya que es un país altamente dividido. Parte de la población es prorrusa y aprueba su anexión a Rusia o algún tipo de arreglo para unir a ambas naciones.
Otra parte es prooccidental y desea un acercamiento con Occidente. En particular, con la Unión Europea y la OTAN.
Tensiones entre Ucrania y Rusia por Crimea
En 2014, Rusia organizó un referéndum para que los habitantes de Crimea votaran si querían o no que su país se adhiriera a territorio ruso. La mayoría votó a favor, conforme a los resultados altamente cuestionados hasta nuestros días.
El hecho causó una tremenda crisis política entre Ucrania y Rusia. De hecho, el Gobierno ucraniano calificó de ilegal el referéndum.
Por su parte, Rusia ocupó gran territorio de Ucrania oriental, donde se encuentra la mayoría de la población prorrusa.
Ucrania occidental y el presidente Volodímir Zelenski continúan buscando entablar relaciones más estrechas con Occidente.
Sin embargo, Rusia está totalmente en contra de esto. Considera que Ucrania forma parte de su zona de influencia. Por ello, se ha empeñado en que Estados Unidos y la OTAN se comprometan a que Ucrania nunca ingrese en la alianza militar que ve a los rusos como enemigos.
La invasión rusa sobre Crimea ha traído serias consecuencias para el Kremlin. Desde protestas internacionales hasta sanciones económicas.
Sin embargo, Vladímir Putin ha enfatizado en varias ocasiones que no devolverá el territorio.
Putin reconoce independencia de las regiones separatistas
En 2014, las regiones separatistas Donetsk y Lugansk, conocida como el Donbas, se autoproclamaron como repúblicas populares. Asimismo, reclamaron integrarse a Rusia.
Por su parte, el Kremlin comenzó a brindar apoyo político y militar a los separatistas prorrusos.
Para 2015, Ucrania, Rusia y representantes de Donetsk y Lugansk firmaron en Minsk un acuerdo para poner fin a la guerra.
El tratado se firmó bajo el auspicio de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). Aunque se logra un alto al fuego durante una semana, hay una guerra civil latente.
La región del Donbas es el escenario de enfrentamientos permanentes entre ucranianos y prorrusos.
En abril de 2021, Rusia comenzó a trasladar tropas a sus fronteras con Ucrania y a la península de Crimea.
Jens Stoltenber, secretario general de la OTAN, dijo que el despliegue era:
“La mayor acumulación de tropas rusas desde la anexión de Crimea”.
Ahora, Putin reconoció la independencia de Donetsk y Lugansk, lo que acrecentó las tensiones en la zona. Sobre todo, luego de que ordenara el traslado de sus tropas a dicho territorio.
En respuesta, la Unión Europea y Estados Unidos activaron mecanismos para aplicar sanciones contra el Gobierno ruso.
Solo un día después, Alemania suspendió la certificación del gasoducto Nord Stream 2. Berlín paralizará la aprobación de la infraestructura, controlada por el gigante ruso Gazprom.
Con información de El País, The New York Times, AS y Gaceta UNAM
Portada: Twitter @gorkaurresola
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