El oso Wojtek pasó de ser un osezno huérfano, hambriento y cansado a un soldado condecorado por su importante actuación en la Segunda Guerra Mundial.
Wojtek es uno de los militares más famosos del Ejército polaco que sirvió durante la Segunda Guerra Mundial.
Su historia se remonta al año 1942, cuando quedó huérfano luego de que su madre fuera asesinada por cazadores. Un pequeño niño kurdo lo encontró abandonado en las montañas de Alborz, al norte de Irán.
Luego de adoptar al osezno, el pequeño lo transportaba a todos lados en un saco. Fue así como los soldados polacos recientemente liberados de los campos de prisioneros rusos, tuvieron su primer encuentro con Wojtek, mientras se movían a través de Irán en camino a Irak.
El palmígrado se encontraba, al igual que los militares, cansado y hambriento. Por ello, no tardó en ganarse su simpatía y afecto. Compraron el animal por monedas persas, golosinas, comida y una navaja suiza.
Wojtek, el oso soldado que luchó contra los nazis
Los soldados adoptaron al oso antes de integrarse a la 22.ª Compañía de Suministros de Artillería del II Cuerpo Polaco.
Desde luego, tuvieron que ingeniárselas para que sus superiores no se enteraran de su reciente adquisición. A escondidas, lo alimentaron con leche condensada diluida en un biberón improvisado con una botella de vodka y una tetina de trapo.
Los esfuerzos de los soldados fueron en vano. Oficiales del Ejército se percataron de la presencia del oso y fue puesto bajo vigilancia del soldado Peter Prendys.
Prendys fue el encargado de enseñarle a Wojtek a saludar y realizar algunas labores como sus compañeros militares.
Pronto, el animal comenzó a realizar las mismas actividades que los soldados. Entre ellas, fumar cigarrillos y tomar cerveza, bebida a la que se haría aficionado en poco tiempo. A causa de su tamaño, nunca llegó a embriagarse y llegó a tragarse los tabacos.
Wojtek también disfrutaba de luchar de forma amistosa contra otros soldados. Incluso, lo adiestraron para recibir a los novatos. A ellos los sostenía de la cabeza y fingía que los devoraría con sus enormes fauces.
Sin embargo, era muy noble. Cuando su adversario perdía, se acercaba y le lamía la cara a modo de disculpa. El oso se integró a sus compañeros e incluso llegó a desfilar caminando en sus dos patas.
¿Cómo se convirtió Wojtek en soldado?
En 1944, los soldados polacos recibieron la orden de ir a Italia. Sin embargo, a la hora de intentar subir a Wojtek al barco, el Ejército británico se negó argumentando que no permitía mascotas a bordo.
Por este motivo, el oso fue enlistado oficialmente como miembro de la 22ª Compañía de Suministros de Artillería. Además de su documentación como soldado raso, se le otorgó paga, uniforme y su propia tienda.
Wojtek demostró que era mucho más que una mascota. Durante la batalla de Montecassino ayudó a transportar cajas de municiones.
El tamaño, fuerza y resistencia del oso tuvo un papel destacado entre las fuerzas polacas. Lo ascendieron acabo y la 22ª Compañía adoptó como emblema la insignia de un oso transportando un proyectil.
Wojtek continuó sirviendo al Ejército hasta la captura de Bolonia en abril de 1945, año que acabó con la resistencia fascista en Italia.
Los soldados de la 22ª Compañía llegaron a Escocia, donde el oso fue acogido como una celebridad en un desfile organizado en Glasgow para recibir a los combatientes.
Sin embargo, cuando la compañía se disolvió en 1947, Wojtek fue enviado al zoológico de Edimburgo. Con solo cinco años de edad, el palmígrado recibió su jubilación y el grado honorífico de teniente.
¿Cómo fueron los últimos días de Wojtek?
Los soldados continuaron visitando al oso, le llevaban cigarros, cerveza y hasta entraban a jugar con él.
Aunque se convirtió en un ícono del zoológico y era tratado como una celebridad, poco a poco comenzó a mostrarse muy desanimado. Sus compañeros propusieron liberarlo en los bosques de Escocia. Sin embargo, las leyes británicas no lo permitieron.
Finalmente, Wojtek murió en 1963; tenía 21 o 22 años de edad. Así como en vida, le hicieron un homenaje póstumo.
El oso solado recibió honores de héroe de guerra y le dedicaron una placa en una emotiva ceremonia. Desde luego, sus compañeros de armas no pudieron faltar al homenaje.
En 2015, a Wojtek le erigieron una estatua en los jardines de West Princes Street, en Edimburgo.
Wojciech Narebski, el oficial que lo había aceptado entre sus filas le dedicó unas emotivas palabras:
“Wojtek no pudo regresar a Polonia, pero permanecerá sobre tierra polaca”.
En 2018, se anunció un proyecto fílmico de animación denominado Un oso llamado Wojtek. Se trata de un conmovedor filme inspirado en la leyenda de uno de los personajes más famoso de la Segunda Guerra Mundial.
Con información de ABC, El Universo y BBC
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